Próstata, cirugía sin heridas
Comúnmente hay dos maneras de tratar la hiperplasia benigna de próstata: la clásica cirugía abdominal, abierta, la cual se hace por medio de una incisión por debajo del ombligo llamada adenomectomía abierta o mediante el acceso endoscópico, el cual se hace a través de la uretra o transuretral, es decir, “sin heridas”.
Cirugía Abierta:
Este tipo de cirugía está indicada, principalmente en casos con próstatas de gran tamaño, el urólogo le explicará que, bajo anestesia general, le hará una incisión transversal o vertical en la parte baja del abdomen y que será a través de esta herida quirúrgica que se accede a la próstata y se extrae la parte interior obstructiva de la misma (adenoma) dejando la cápsula o “corteza”.
La próstata se podría comparar con una naranja, ya que se trata de extraer los gajos y dejar la piel. De esta forma, cuando la orina circula por el interior de la próstata, la atraviesa con mayor facilidad. Esta cirugía suele llevarse a cabo aproximadamente de 60 a 90 minutos y necesita una hospitalización de entre 3 y 5 días, conservando la sonda vesical durante esta estancia. Este método conlleva una mayor pérdida de sangre que el resto de las técnicas, pero sin llegar a requerir en la mayoría de los casos de una transfusión.
Resección de la Próstata:
Desde hace muchos años la técnica de elección más usada es la resección transuretral de próstata, esta técnica se realiza bajo anestesia raquídea, la cual es muy parecida a la epidural de los partos, en este caso, el urólogo introduce un instrumental a través del pene, logrando dividir la parte interna obstructiva de la próstata, dejando la cápsula intacta.
Posteriormente estos fragmentos son aspirados y enviados para su análisis.
La intervención se lleva aproximadamente 1 hora, hay muy poca pérdida de sangre y el paciente permanece con la sonda y hospitalizado de 3 a 4 días.
Por otra parte, una de las técnicas menos invasivas actualmente y más recomendada, es la conocida:
Enucleación Prostática con Láser de Holmio (HoLEP)
Esta técnica, es quirúrgicamente menos invasiva y más versátil para el tratamiento de la hiperplasia benigna de próstata ya que está indicada para próstatas de cualquier volumen y es la más apropiada en las próstatas de gran tamaño y consiste en utilizar el láser de Holmio para resecar o eliminar el tejido prostático que produce una obstrucción a la salida del flujo de la orina.
Por lo general se usa anestesia raquídea o general, aunque también puede variar y dependerá del anestesiólogo y de sus necesidades individuales, se utilizará un antibiótico profiláctico para disminuir el riesgo de infecciones y en ocasiones el tratamiento antibiótico se puede prolongar hasta después de la cirugía, especialmente en aquellos pacientes que ya tenían una sonda vesical antes de la cirugía.
El instrumento que se usa, se llama resector, este se introduce mediante la uretra hacia la vejiga, evitando cicatrices abdominales a este procedimiento se le conoce como endoscópico y es a través de este resector, que se introduce una fibra de láser, con la cual se realiza la enucleación del adenómero prostático (tejido prostático que provoca la obstrucción del flujo de salida de la orina) resecándolo, enucleándolo y moviéndolo hacia la vejiga, finalmente una vez que se ha resecado el adenoma prostático, se introduce un instrumento conocido como morcelador el cual permite extraer el tejido prostático por medio de la uretra para analizarlo.
Al terminar la cirugía se pone una sonda vesical con un sistema de lavado continuo con suero fisiológico, para prevenir que se desarrollen coágulos.
La duración del procedimiento dependerá del tamaño de la próstata, pero puede variar entre 60 a 180 minutos.
Al utilizar el láser de Holmio el grado de penetración en el tejido subyacente es mínimo, lo cual permite un adecuado control del procedimiento disminuyendo así sustancialmente el riesgo de sangrado. Es así que el tiempo de hospitalización es más corto y este puede variar entre 1-2 días después de la cirugía.
VENTAJAS AL ELEGIR LA ENUCLEACION PROSTÁTICA CON LÁSER DE HOLMIO (HOLEP)
Menor estancia y
recuperación
en el hospital
Menor tiempo con una
sonda vesical
tras la cirugía
Menor riesgo de complicaciones (sobre todo hemorrágicas)
No hay límite
en el tamaño
prostático
Se elimina la obstrucción de forma completa, extrayendo más tejido que la Resección transuretral de la próstata (RTU)
CUIDADOS DESPUÉS DE LA CIRUGÍA AUN ESTANDO EN EL HOSPITAL
– Se harán lavados vesicales con suero fisiológico por medio de la sonda vesical (colocada durante la cirugía) entre 12-24 horas.
– Después de cerciorarse que la orina se encuentra clara sin los lavados vesicales se quitará la sonda vesical.
– Una vez confirmado que la micción (orina) es adecuada se procederá al alta hospitalaria.
CUIDADOS POST OPERATORIOS EN CASA
– Después de la cirugía y para prevenir complicaciones en casa usted deberá
– Beber abundantes líquidos, al menos 1,5-2 litros de agua, a menos que tenga alguna condición médica que le impida el consumo abundante de agua como la insuficiencia renal crónica.
– Tomar de forma correcta y puntual la medicación prescrita por el médico
– Quizá pueda hacer sus actividades cotidianas, excepto ejercicio físico intenso, andar en bicicleta o levantar pesos mayores de 5 Kg (por al menos 4-6 semanas).
– No deberá tomar baños termales, ni acudir a saunas
– Deberá evitar las relaciones sexuales durante 4 semanas. Además, deberá considera que tras el HoLEP podría presentar eyaculación retrógrada, condición en la cual el semen no saldrá a través de la uretra durante el orgasmo, sino que en su lugar entrará en la vejiga para posteriormente ser eliminado con la orina.
– Evite alimentos que puedan estreñirlo